Es
imposible realizar un buen altavoz sin tener en
cuenta la caja donde irán todos los componentes.
A primera vista, puede parecer que un componente
tan inerte por el que no pasa ninguna señal
eléctrica, pueda tener tanta importancia. Un
recinto acústico adecuado y bien calculado es lo
que hace de él un verdadero instrumento musical.
El cálculo, diseño, el acabado, y la estética es
lo que caracteriza cada caja acústica. Además,
es sorprendente cómo el peso de los materiales y
formas interior y exterior influyen tan
decisivamente en la calidad de sonido final.
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Todos
nuestros modelos se fabrican en serie.
Para poder cubrir toda la demanda, los
recintos se realizan a través de un proceso
mecanizado, muy especializado, que emplea
compleja maquinaria basada en fresadoras de
control numérico (CNC), chapados en prensas
hidráulicas y barnizados en cámaras con
renovación de aire , lo cual permite obtener
un nivel de acabados impecable.
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No
existe ningún recinto fabricado por nosotros
que su fase de diseño no esté asistida por
ordenador (software como LinearX LEAP
Enclosure Shop, HT Audio Bass Box
Pro, Loudsoft FINEBox...) y
posteriormente haya pasado por diversas
fases de prototipo realizados en nuestro
propio laboratorio, sobre los que se
realizan medidas, diseño del filtro,
correcciones y pruebas de escucha. Siempre
con el objetivo de conseguir los resultados
óptimos para cada tipo de propósito.
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Tanto
el volumen interior de los recintos, como el
ajuste de la frecuencia de resonancia de las
cajas mediante el puerto bass-reflex
(geometría y análisis de la velocidad del
aire, según la frecuencia), coeficiente Q
total, variaciones del volumen interior
causadas por el material absorbente y
espacio ocupado por los transductores, y
análisis de difracción en las aristas, caras
y vértices en los modelos más complejos (con
software de CAD especializado en esta
tarea), están meticulosamente calculados
para obtener la curva de caída del altavoz
de graves que exactamente queremos, y el
comportamiento de los medios y agudos que
buscamos.
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En
determinados momentos del desarrollo,
podemos emplear un acelerómetro (ACH-01)
fijado a alguno de los bafles que conforman
la caja para controlar mediante waterfalls o
"cascadas" las posibles resonancias y
reubicar los refuerzos internos para una
mayor eficacia.
Un ejemplo de
nuestros esquemas y planos. Corresponden al
modelo M 22
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Nuestros
diseños utilizan el moderno MDF de alta
densidad, un material muy uniforme
consistente en pulpa de madera prensada,
usado por los fabricantes más importantes de
medio mundo para la construcción de
altavoces. El MDF de alta densidad, a
diferencia de otros MDF más económicos y de
maderas como el aglomerado, posee una
distribución muy homogénea de todas sus
partículas, además de un mayor peso por
metro cuadrado. El motivo por el cual es
importante aportar peso a la caja, es para
reducir la frecuencia de resonancia lo más
posible, es decir, lo más cercano al umbral
del oído humano. Una caja que vibra es una
caja que resuena por simpatía con los
altavoces, resultando un sonido coloreado y
sin neutralidad.
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En
los modelos más exclusivos añadimos un
material interior muy especial, caro y
difícil de encontrar, una masa pesada o
material bituminoso de muy alta densidad
que utilizamos para reducir aún más la
frecuencia de resonancia, junto con el MDF.
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Utilizamos un grueso bafle delantero (la
parte frontal de la caja, donde van montados
los altavoces) que ayuda a disminución de
coloraciones producidas por vibraciones de
las paredes del recinto. En el interior
poseen materiales absorbentes que ayudan a
neutralizar las resonancias internas. Los
modelos altos de esta serie además aportan
el denso material ya mencionado de la masa
pesada que ayuda a aumentar la neutralidad
externa de la caja.
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